¡Correr! los libros son tan malos que me hacen llorar, me aburren tanto que puedo pasarme la noche entera pensando qué de interesante tienen esas palabras diminutas y los cientos de hojas que tiene... leer
es tan, tan,
tan soporífero que tengo una lista de un folio y medio sobre los libros que NO debo tocar para nada,
¡absolutely not!, pensar que tengo en las manos el último libro de SEP, me produce urticaria, tengo una sonrisa enorme que solo pretende esconder mi agonía interna por quitármelo de encima ja.ja.ja. No leáis, es malo para el cerebro, la concentración, la imaginación y para el colesterol, creo que también produce migrañas y sequedad de ojos, ya veis, tengo pruebas.
Además, es aburrido, tan aburrido que hace unos días estuve viendo La selección mientras comía patatas, America es tan indecisa que me pone de los nervios, Maxon me cayó bien, creo que allí hay feeling ya me entendéis pero con tantas chicas alrededor yo me hubiera vuelto loca; la semana pasada visite el campamento de mestizos, pero no me quedé mucho tiempo porque Percy tenía que salvar el mundo, yo no me quejo, me gusta volar encima de caballos alados y salvar a diosas en apuros, y que no se me olvide cuando terminé perdida buscando el lugar ese, donde los árboles cantan, apenas sobrevivo a los barbaros; y no sabéis que casi me da un soponcio cuando la Virgen Escribana me dijo que tenía que ir a vigilar a la hermandad, (solo tenía ojos para Zsadist y Qhuinn) o cuando terminé en el Valhalla buscando a Gabriel... y esta son sólo unas pocas cosas que me han pasado. No, yo no leo, yo vivo aventuras.
Vivir aventuras es bueno para la salud, la mente y la imaginación. En mi caso me enamoro todas las semanas y de todas las formas posibles, me rompen el corazón casi la misma cantidad de veces, sufro de bipolaridad con frecuencia, hay momentos en los que me pierdo mirando
La Nada mientras mi cerebro intenta encajar algún concepto raro; viajo a
Hogwarts, a la
Ciudad de huesos, a la
Academia St. Vladimir; me he resignado a tene
r Jet lag que ni el mejor chute de cafeína puede batallar, de vez en cuando escupo palabras que ni siquiera sabía que están almacenadas en mi memoria, y no sé cuándo, pero en algún momento empecé a hablar en idiomas que pocos conocen,
(que si parabatai, que si accio gafas, que si moroi); ampliar horizontes es agotador y ya ni os cuento mis problemas con el dramatismo y la teatralidad, aveces me monto mi propio culebrón para pasar el rato, nada alarmante, pero claro, aveces imaginarme más de dos finales alternativos me agota mentalmente... Lo admito tengo un problema (dicen que el primer paso para enfrentarse a los problemas es admitir que tienes uno
¡Bien! ya lo he hecho).
Yo leo desde... no tengo ni idea, pero vivo aventuras desde que conocí a Harry, si, soy de la generación de HP.
Harry Potter y la piedra filosofal fue el primer libro que leí por gusto, ¿por qué? vale, la razón es frívola, pero es la pura verdad. Estaba colada por Daniel Radcliffe, había visto la primera película y tenía ganas de coger mi maleta e irme a Hogwarts, pero claro eso significaba escaparme de casa y lo siento, no tenía las narices para hacerlo, así fue como una tarde terminé en el
Carrefour acompañando a mi madre y lo vi por primera vez, ahí, a la altura de mis ojos... me lo lleve a casa, no hace falta decir que a mi madre le hizo ilusión, creo que lo vio como un regalo a todos sus esfuerzos cuando intentaba meterme las letras hasta en la sopa, dos días después estaba pidiendo el siguiente; ella no me advirtió sobre las consecuencias. Por eso yo quería compartir con vosotros eso que nunca me dijeron, si, es verdad que empecé leyendo y no me di cuenta de que en algún momento, en alguna de esas páginas dejé de leer para vivir mi primera aventura y eso, os lo digo yo, es tremendamente peligroso, porque engancha, solo hace falta mirar mi móvil... como fondo de pantalla tengo una frase algo cursi que podéis leer en la columna de al lado, o mi camiseta de Hufflepuff,
(de Gryffindor no quedaban) un delito para la moda que yo luzco con orgullo.
Mis innumerables aventuras me han permitido conocer miles de lugares y personas, algunas las quiero con locura, otras no tanto, pero si os puedo decir que es una de las mejores cosas que tengo y que recomiendo, todo esto bajo vuestra responsabilidad, claro.
Yo no leo libros, yo vivo historias. Un post raro diréis, pero es algo que siempre he pensado, pero nunca he tenido la ocasión de expresar.
Y ahora vosotros, ¿tenéis alguna razón para no leer? ¿qué aventura de todas las que habéis vivido os ha emocionado más? a mí todavía me cuesta decirme.
Blue